“Aunque los niños a los que ustedes lean historias no llegaran a ser lectores, ustedes no habrán perdido el tiempo. Les habrán llenado los bolsillos, colmado la maleta con el tesoro de palabras, relatos, imágenes, de las que podrán apropiarse para no sentirse desnudos, perdidos, frente a lo que los rodea… Los habrán ayudado a fabricar recuerdos a los que volverán mucho tiempo después. Habrán abierto espacios propicios al juego, al sueño, al pensamiento, a la exploración de sí … Habrán contribuido a presentarles el mundo, a hacerlo un poco más habitable”.
Michèle Petit
María Teresa Andruetto, La lectura, una revolución
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- Profesor: Mila Cañón